jueves, 13 de diciembre de 2007

Del sembrar cizaña

A quien se pone entre piedra y piedra y lleva mucha gente en la lengua, le sobreviven pronto daño y pesar


Muchos sienten gran contento en dividir a todo el mundo y en poder sembrar la discordia, de la que brotan enemistad y el odio. Con calumnias y grandes mentiras golpean a muchos, que sólo tiempo después lo sienten, y hacen de un amigo un enemigo; y queriendo dejarlo bien sellado, ven cuánto pueden aumentar y pretenden haberlo hecho cual secreto de confesión, para que no salga de ello ninguna reprimenda. Dicen que lo tenían bajo la rosa y lo habían hablado a su propio corazón. Piensan gustar mucho con esto. El mundo está lleno de tal cizaña, de modo que más lejos se puede llevar algo en la lengua que en carruaje de ballestas; como hicieron Coré y Absalón, que deseaban secuaces y cosecharon desgracias. En todo el país está Alcimo, que enemista y calumnia a los amigos y pone los dedos en los quicios de las puertas, por lo que a menudo resultan pillados. Como a uno que esperaba recibir recompensa por haber asesinado supuestamente a Sául, y a los que mataron a Isbaal como sucede al que está entre ruedas de molino, que siempre sembraba mucha discordia. Al punto se ve en sus gestos lo que dice y qué clase de hombre es. Aunque se esconda a un necio detrás de la puerta, sacará las orejas.


Ilustración: Un necio aparece aplastado entre dos piedras de molino; otro, que mira hacia él, se pilla los dedos en la puerta; un tercero asoma su capucha y su clava en una esquina.