lunes, 31 de diciembre de 2007

Del servicio a dos señores

Dos liebres pretende cazar a la vez quien piensa servir bien a dos señores y se carga sobre los hombros más de lo que debe.

Un necio es quien pretende servir al mundo y también a Dios, pues cuando un siervo tiene dos señores, nunca los puede servir bien. Muy a menudo se arruina el artesano que conoce muchas artes y muchos oficios. El que quiere cazar y coger al mismo tiempo dos liebres con un perro, al final apenas conseguirá una y, a menudo, no conseguirá ninguna en absoluto. Quien quiere tirar desde muchas ballestas, difícilmente alcanzará alguna vez el blanco. Quien asume muchos cargos, no puede hacer lo que a cada uno de ellos conviene. Quien tiene que estar aquí y también en otra parte, no estará en su sitio ni aquí ni allí. El que quiere hacer lo que a todos agrada, tiene que tener el alineto calinete y frío, y tragar muchas cosas que no le gustan, y ajustarse mucho a los medios disponibles y poder poner a cada uno almohadones debajo de los codos, y untar a todos bien la frente, y mirar de no encolerizar a nadie. Mas muchos cargos saben bien, se calienta uno pronto ante un gran fuego de carbón; pero quien prueba muchos vinos no piensa que cada uno sea bueno. Un aderezo sencillo está pronto listo. El sabio ama la sencillez. A quien a uno sirve y cumple con él su deber, se le considera un fiel servidor. Murió el burro y nunca estuvo harto de tener cada día nuevos amos.

Ilustración: Un necio cazador toca el cuerno, sin prestar atención a dos liebres que pasan por allí en sentidos contrarios. El perro sigue a una, pero vuelve la cabeza a la otra.