domingo, 6 de enero de 2008

De la excesiva preocupación

Quien la tribulación de todo el mundo carga sobre sí y no piensa en su propio perjuicio y beneficio, tenga paciencia si al final se le baña.

Un necio es quien quiere llevar lo que para él es ya demasiado levantar y quien quiere conseguir él solo lo que no podría hacer aún siendo tres. Quien toma el mundo entero sobre sus espaldas, cae en un momento.
Se lee de Alejandro que el mundo entero le era demasiado estrecho y sudaba en él como si no tuviera bastante espacio para su cuerpo, pero se contentó al final con siete pies de terreno. Sólo la muerte puede mostrar con qué nos hemos de contentar. Diógenes era más poderoso, aunque su vivienda era un tonel; y no tenía nada en toda la tierra, pero nada había que deseara, excepto que Alejandro siguiera su camino y no se le pusiera delante del sol.
Quien altas cosas persigue, altamente ha de arriesgar también su suerte. ¿Qué ayuda al hombre el ganar el mundo si él mismo se pierde en él? ¿Qué te ayuda a tí que tu cuerpo llegue alto y tu alma baje al agujero del infierno? Quien se preocupa porque los gansos van descalzos y quiere barrer todas las callejas y calles, y allanar montes y valles, no tiene en absoluto paz y descanso.
La excesiva preocupación, para nada es buena. A muchos pone pálidos y enjutos. Un necio es quien se atribula cada día por lo que no puede cambiar.

Ilustración: Un necio carga sobre sus espaldas la bola del mundo, con sus montañas, bosques, ríos, castillos y ciudades, y se agacha ante el peso.