sábado, 19 de enero de 2008

Del azar

Quien se sienta en la rueda de la fortuna, tiene que esperar también caer con daño y que alguna vez se tomará un baño.

Un necio es quien sube alto, para que se vea su oprobio y deshonra, y busca siempre un peldaño más arriba, sin pensar en la rueda de la fortuna.
Todo lo que llega a lo más alto, cae por sí mismo al suelo. Nadie puede llegar aquí tan alto que se asegure el día siguiente o que mañana tenga suerte, pues Cloto no deja parar la rueda, o cuya riqueza y poder le salven un solo instante de la muerte.
Quien tiene poder, tiene miedo y dificultades; muchos han sido asesinados por causa de su poder. El poder no se conserva mucho tiempo, hay que protegerlo con la violencia. Donde no hay amor, favor a la comunidad, muchas son las cuitas y pequeña la dicha. Mucho ha de temer quien quiera ser muy temido. El miedo es un muy mal siervo; a la larga no puede proteger bien. Quien tiene poder, aprenda a amar a Dios y busque su honra. Quien tiene justicia en la mano, puede tener buen acervo de poder. Su poder ha utilizado bien aquel por cuya muerte se lleva luto. ¡Ay del gobernante cuando tras su mujer hay que decir: "alabado sea Dios"! Al que hace rodar una piedra hasta lo alto, le cae encima y le causa dolor. Y quien confía en su suerte, cae a menudo en un instante.

Ilustración: De la rueda de la fortuna, que mueve la mano de Dios, cuelgan tres asnos necios con elementos humanos. En el suelo hay una tumba abierta. Uno se esfuerza en subir, otro se alegra de estar arriba y el tercero trata de no caer.