martes, 22 de enero de 2008

Escandalizarse de los necios

Quien ve caer a un necio violentamente y no se guarda de ello después, agarra a un necio por la barba.

Cada día se ven caídas de necios y la mofa sobre ellos es general, y son despreciados por los sabios, y, sin embargo, se engalanan con la capa de los necios. Y reprende un necio a otro necio, pero lleva el carro por su camino y se golpea a cada instante donde el necio ha caído antes. Hipomenes vio decapitar a muchos necios delante de sí, pero quiso arriesgarse también y arriesgar completamente su vida: por ello, su juego casi termina en desgracia. Un ciego regaña al otro ciego, aunque los dos han caído. Un cangrejo criticaba al otro porque había ido detrás de él, pero ninguno de ellos andaba hacia delante, y uno seguía al otro. Quien no quiere obedecer al padre, obedece a menudo al padrastro. Si Faetón hubiere dejado su viaje, Ícaro hubiera obrado con más sosiego, y ambos hubiesen seguido el consejo de sus padres, no habrían muerto en su juventud. Quien siguió el camino de Jeroboam, nunca llegó a alcanzar la Gracia, pero vieron que siempre seguían sin cesar calamidades y venganzas.
Quien ve a un necio caer violentamente, trate de tener cuidado de sí mismo, pues no es un hombre necio el que puede escandalizarse de los necios. El zorro no quiso entrar en el monte porque nunca había vuelto a salir nadie de él.

Ilustración: Un sabio pasa indiferente ante un necio que ha caído sobre otro necio.