lunes, 7 de enero de 2008

Del tomar prestado

A quien mucho quiere tomar prestado, los lobos no le devoran el final del plazo, y el burro le cocea cuando desea.

Más necio que otros necios es quien toma fiado y simplemente espera, sin querer reparar en que se dice: "los lobos no devoran el plazo". Así obran también aquellos cuya maldad pasa Dios por alto mucho tiempo, esperando su enmienda, y que, sin embargo, cargan cada día más maldad sobre sus espaldas, por lo que Dios nuestro Señor los espera hasta que llega la hora en que pagan hasta el último céntimo. Mujeres, animales y niños murieron cuando les llegó el plazo del pecado de los amorreos y de los sodomitas. Jerusalem se derrumbó cuando Dios había esperado muchos años. Los nivinitas pagaron la primera vez muy pronto sus deudas y quedaron en paz; pero a la larga no se mantuvieron firmes: tomaron fiados males aún mayores, por lo que Dios ya no les envió a otro Jonás.
Todas las cosas tienen su tiempo y su final, y siguen su camino como Dios desea. Quien se siente bien tomando fiado, no tiene preocupación alguna para pagar. No seas de aquellos que rápidamente dan la mano y quieren ser fiadores de tus deudas, pues, si no tuvieras nada para pagar, le tomarían la colcha de la cama. Cuando en Egipto había hambre, cogieron tanto grano, que después se convirtieron en siervos y tuvieron que pagarlo con creces. Cuando el burro empieza a bailar, por el rabo no es fáil de sujetar.

Ilustración: En el centro aparece un asno. Un necio lo sujeta por el rabo y recibe una coz. Otro, sentado en el suelo, lo sujeta por delante. Un tercero está en actitud de golpear y un cuarto parece burlarse. Al fondo un lobo está junto a la cruz de una tumba, indicando el final de la vida.