domingo, 13 de enero de 2008

Del buscar dilación

Quien canta "cras, cras" igual que un cuervo, sigue siendo un necio hasta la sepultura. Mañana tendrá una capa aún mayor.

Un necio es aquel a quien Dios le dice que hoy debe enmendarse y debe desistir de sus pecados, empezar una vida mejor, y él mismo se busca una dilación y se pone como plazo otro día, y canta "cras, cras", el canto del cuervo, y no sabe si vivirá tanto tiempo. Por eso se han perdido muchos necios, que siempre cantaban "mañana, mañana, mañana". En lo que toca al pecado y a la necedad, se acude presuroso y con gran placer; en lo que se refiere a Dios y a las buenas obras, se avanza muy a duras penas y se busca siempre aplazamiento: "confesarse es mejor mañana que hoy; a partir de mañana aprenderemos a obrar bien". Así hablan muchos hijos pródigos. Ese mañana no llega nunca más, huye y se derrite igual que la nieve, hasta que el alma no puede ya permanecer; sólo entonces llega el día de mañana. En ese momento el cuerpo está tan debilitado por el dolor, que no piensa en el alma. Así también perecieron en el desierto muchos de los judíos; ninguno de ellos había de llegar al país que Dios les había prometido con su mano misericordiosa.
Quien hoy no está dispuesto a arrepentirse, encuentra mañana aún más cosas que le oprimen. A quien hoy llama la voz de Dios no sabe si mañana lo llamará. Muchos miles están ahora perdidos, que pensaban enmendarse mañana.

Ilustración: Un necio lleva sobre la cabeza y las manos sendos cuervos, que cantan cras, cras.