miércoles, 16 de enero de 2008

Necio hogaño como antaño

Muchos gustan de pensar que son sabios, mas son unos gansos hogaño y antaño, pues no quieren aprender buena educación ni buen criterio.

Un necio es quien oye muchas cosas buenas y no se le acrecienta su sabiduría; el que siempre ansía saber mucho, y no quiere perfeccionarse con ello, y lo que ve, lo quiere también tener, para que se note que es un cuco. Pues es un defecto de todos los necios el que, lo que es nuevo, siempre les place; mas pronto han satisfecho su curiosidad y quieren tener algo diferente. Un necio es quien viaja por muchos países, y no aprende ni ciencia ni virtud; el que ha salido volando como un ganso y vuelve a casa como un cuco. No basta con que uno haya estado en Roma, en Jerusalén, en Pavía, sino que allí haya aprendido algo, que se posea juicio, conocimientos, sabiduría: esto es lo que considero bueno para un viaje. Pues, aunque tu gorro de peregrino estuviera lleno de cruces y tú pudieras cargar primorosas perlas, no valoraría sólo el que hubieras escudriñado muchas tierras... y anduvieras sin sabiduría como una vaca. Viajar no es ningún honor especial, a no ser que se aprenda especialmente. Si Moisés no hubiera aprendido en Egipto, y Daniel cuando estaba en el país de los caldeos, no habrían tenido tanta fama. Muchos llegan cubiertos de polvo a la confesión, pensando que quedarán completamente blancos y ligeros, y vuelven a casa aún más sucios, llevando al cuello una rueda de molino.

Ilustración: A un necio se le escapa un ganso, y otros dos gansos están a punto de hacer lo mismo.